¿Qué son las arquitecturas colectivas?
De la necesidad de crear espacios comunes para distintos grupos sociales, y de darles solución de una forma conjunta y participativa, surgen las arquitecturas colectivas. En un sistema en crisis, el acceso a los bienes inmobiliarios es difícil y escaso, y más todavía si hablamos de espacios sociales. La suerte de alquilar, reformar o construir está reservada solo a unos pocos teniendo en cuenta el excesivo gasto que supone hoy en día el mundo de la construcción, son cifras elevadas que muchos de nosotros vemos lejanas a nuestra cotidianidad.
Pero los espacios colectivos cuentan con una virtud, que son de muchas personas, y en ocasiones pueden ser de todas. Y de la teoría de la autoconstrucción y el «do it yourself» surgen iniciativas colaborativas para desarrollar los trabajos necesarios e intentar paliar los gastos. ¿Como pueden entonces los técnicos adaptarse a la realidad imperante, donde los cauces habituales son a las veces lo extraordinario? La gente busca la economía y la realidad se impone con maneras alternativas para sobrevivir haciendo cosas por ellas mismas.
Pero la arquitectura necesita reflexión, la construcción técnica y pericia. El asesoramiento de personas cualificadas y la gestión de trabajos especializados puede ser de gran ayuda y potenciar las cualidades de las obras. En el caso de las arquitecturas colectivas incluso pueden ser catalizadores de fenómenos sociales, fomentando lo común y haciendo propio el espacio en el proceso constructivo.
Hay muchos ejemplos en el panorama nacional e internacional. Por poner algunos, el estudio internacional tyinarchitects realizo un proyecto en Bangkok, Tailandia con la cooperación local para uso social, o el colectivo basurama creando espacios comunes creados mediante autoconstrucción por las vecinas que luego lo disfrutarán, con sus proyectos de autoparques, autocines o autobarrios, en concreto el de amor de barrio en el barrio de San Cristobal, Madrid.
Pero tambien hay algunos mucho más cercanos, como es el caso del Centro Social Autoxestionado do Sar, en Santiago de Compostela. Un espacio cedido pero necesitado de una rehabilitación integral, porque el estado inicial era lamentable.
Los procesos de acondicionamiento son largos, el asesoramiento técnico no deja de ser más que guías y consejos, dependiendo de los recursos disponibles y es posible que en muchas ocasiones la implicación de los voluntarios sea máxima para poder acabar trabajos de largo recorrido. La colaboración de gente más experimentada con distintas pericias ayuda a que se dé forma a una alternativa real, compartiendo recursos. Se reciclan todo tipo de materiales.
Los resultados siempre son positivos. Las arquitecturas colectivas son necesarias en un modelo de crisis. La aportacionas puntuales de asesoramiento constructivo generan una calidad a la autoconstrucción, diseño y gestion por parte del colectivo implicado en desarrollar este espacio. La gestión del espacio, su uso y dinamización es ya el tema principal del colectivo.