En muchas ocasiones las viviendas quedan anticuadas y nos vemos obligados a vivir anclados a la época en la que se ha construido el edificio del piso en el que vivimos. Pero hay muchas formas de hacerle un lavado de cara que cambie por completo su apariencia y las sensaciones que produce, sin meterse en muchas obras de reforma.
Es el caso de este piso de los años 70, al que se le ha dado un poco la vuelta tan solo con unos botes de pintura. Cambiar la tonalidad de pardes y techos, puertas o zócalos genera sensaciones psicológicas distintas solo por la acción del color, ya sean neutros, saturados, apagados o intensos.
En esta ocasión se ha actuado en el vestíbulo de entrada y en el baño. Estan son las fotos antes de pintar, en medio del proceso:
En el hall de entrada, se le ha aportado frescura y dinamismo con el color amarillo de la puerta. Se ha pintado el fondo en un color neutro de la gama de los grises muy claros, con un toque de magenta para aportarle calidez. Los marcos y los zócalos en un gris ceniza enmarcan el color. Los muebles en blanco neutro y ante la imposibilidad de cambiar el suelo, se contrasta con una alfombra de colores intensos. Este es el resultado:
A la hora de decidir que hacer con el baño, al tener azulejos verdes, con dibujos oscuros, se opta por crear un fondo neutro con un gris suave, por todo el frente bañera incluida, para hacer la estancia más liviana y menos pesada. Se aprovecha para mejorar la ducha.
Sin mayor intervención que la pintura, se ha diseñado unas nuevas sensaciones en la vivienda. Este es nuestro ejemplo del poder de la pintura, pero he escogido algunos más que circulan en la red. Aquí os dejo una muestra de buenos diseños de interiores donde lo proncipal es pintar un objeto o parded.
DISEÑO Y MADERA 